martes, 2 de febrero de 2010

AFORISMOS

CAPÍTULO IX

AFORISMOS

1. Puede considerarse a la Luna como la dadora y la que toma la vida, es
decir, la Luna actúa como un agente para transportar las fuerzas vitales desde el
Sol a la Tierra y para el nombre, y también las fuerzas de la Luna producen la
muerte eventualmente.

2. Cuando la Luna está llena, las mareas están altas, los huesos están
llenos de tuétano o de substancia, y las ostras están más llenas que en cualquier
otro momento. Asimismo, las fiebres son más altas en los enfermos con calentura.

3. Durante la primera mitad de la vida, especialmente durante la infancia, la
Luna tiene su máxima influencia, y durante la última mitad el Sol es el que la tiene
mayor.

4. La Luna tiene gran influencia sobre las personas desequilibradas o locas,
esto es, los lunáticos, y sobre los enfermos histéricos, epilépticos y nerviosos.
Estos enfermos notan muchísimo los cambios de la Luna; especialmente están
muy intranquilos durante la plenitud de la Luna. Estos pacientes no deberán dormir
nunca al raso o que el brillo de la Luna caiga sobre ellos.

5. Durante la Luna nueva las fuerzas materiales son muy débiles. El período
del cuarto menguante, esto es, de la plenitud o Luna llena a la nueva, es lo más
fuerte para el trabajo espiritual, porque en tales épocas la influencia del Sol es
máxima.

6. No se haga ninguna operación cuando la Luna está en el signo que rija la
parte del cuerpo que se debe operar. Ptolomeo dice: “No se rasgue con hierro la
parte del cuerpo que esté gobernada por el signo que entonces ocupe la Luna”.

7. Las operaciones efectuadas cuando ocurre el cambio exacto de la Luna
son raramente de buenos resultados. Elija el momento de una operación cuando
la Luna esté en cuarto creciente. No se opere tampoco cuando el Sol esté en el
signo que rija la parte del cuerpo que debe ser operada.

8. La Luna gira alrededor del Zodíaco en cosa de veintiocho días. La
enfermedad alcanza un punto de variación cada siete días. Empezando desde el
lugar que ocupaba la Luna al principio de la enfermedad, se puede esperar un
cambio al cabo de los siete días (la cuadratura), a los catorce días (la oposición) y
a los veintiún días (que es otra cuadratura).

9. La Luna rige las enfermedades agudas y el Sol las crónicas.

10. Es bueno el vigilar las cuadraturas y las oposiciones de la Luna que
forma en su tránsito con el Sol, con Marte y con Saturno para operar o cuando se
ha operado.

11. La Luna tiene mayor influencia sobre la salud de la mujer, así como el
Sol la tiene sobre la del hombre.

12. De la Luna nueva a la llena es cuando los estimulantes producen su
máximo efecto y los sedantes el mínimo; por lo que se debe disminuir la dosis de
los unos y aumentar la de los otros.

13. Cuando la Luna en cuarto creciente se halla en buen aspecto con el
radial de Júpiter o Venus, la estimulación cardíaca produce los resultados más
duraderos. La palpitación se trata más eficazmente cuando la Luna está
decreciendo y en aspecto favorable con los planetas mencionados. Aplíquense los
estimulantes al corazón con cuidado extremado cuando la Luna está mal
aspectada con aquellos planetas y especialmente cuando está oscura o en
menguante.

14. Los buenos aspectos de la Luna radical en tránsito con Júpiter y Venus
son muy favorables y ayudan al éxito.

15. Saturno cuando está colocado en la casa sexta al nacer tiene la
tendencia a debilitar o disminuir la vitalidad.

16. El signo en el cual está colocado el Sol al nacimiento es un punto muy
vital en el horóscopo, variando su influencia según si el signo es cardinal, fijo o
común. También la casa que contiene al Sol es importante, ya sea cadente,
sucedente o de un ángulo. El médico puede juzgar de la fortaleza del Sol la
respuesta que podrá alcanzar del paciente.

17. Los aspectos benéficos entre el Sol radical y Marte dan gran vitalidad y
resistencia grande a la enfermedad. Un aspecto adverso entre el Sol y Marte es
mejor, desde el punto de vista de la salud, que la ausencia de aspectos entre
ambos.

18. Los aspectos entre el Ascendente y el Mediocielo son a menudo
desconfiables, a menos que se tenga el conocimiento exacto al minuto de la hora
que nació el enfermo, y como quiera que los relojes están frecuentemente fuera de
concordancia y, además, hay muchas confusiones debido a las diversas maneras
de regirse los horarios, estos dos puntos deben ser juzgados con gran discreción.

19. Los planetas que están en grados críticos (véase “Astrología
Científica Simplificada”, página 61) (3), tienen mayor influencia tanto para el bien
como para el mal, que en cualquiera otro grado.

20. Ciertas estrellas fijas tienen una poderosa influencia sobre la
enfermedad. Debe vigilarse especialmente la situación de estas tres nebulosas:
las Pléyades, que están en los 29° de Tauro; Ascelli, que está en los 6° de Leo, y
Antares, en los 8° de Sagitario.

21. Un niño que no tenga ningún aspecto entre el Sol y Marte está sujeto a
muchas enfermedades infantiles.

22. Un paciente con muchos planetas en signos de aire necesita mucho
más aire en su cuarto de dormir que otros; los planetas en signos de fuego
inclinan al nativo a necesitar mucho Sol, y las personas con planetas en signos de
agua o de tierra sufren si se exponen al Sol mucho tiempo.

23. Con signos fijos en los ángulos y aflicciones en signos comunes, el
nativo domina a las enfermedades; cuando los signos comunes están en los
ángulos y las aflicciones en signos fijos, es más propenso a sucumbir a la
enfermedad.

24. Un Sol bien aspectado en los signos Aries o Leo da gran vitalidad y la
capacidad de desechar la enfermedad.

25. Cuando las personas que tienen Aries saliendo o el Sol o Marte en el
signo Aries al nacimiento están enfermas, sus temperamentos se excitan mucho
más que los de los demás y sufren mucho más pronto de fiebres, porque hay en
ellas una tendencia a que la sangre se agolpe a la cabeza y a la piel.

26. Una aflicción entre el Sol y Saturno, o una cuadratura entre la Luna y el
sol, da una vitalidad inferior. Cuando se ve una condición de éstas en un
horóscopo, se hará bien en vigilar durante la enfermedad los aspectos que forma
la Luna progresada con esos afligidos planetas y también especialmente los
tránsitos de la Luna nueva y llena.

27. Los planetas retrógrados dan muy poca ayuda a la enfermedad. Tanto
si su aspecto es bueno o malo, su influencia está sólo latente hasta que vuelven a
marchar directos, y entonces es cuando podemos mirar y tener en cuenta el
despertar de su influencia.

28. Los planetas al pasar de su estado retrógrado a su marcha directa se
mueven lentamente, y su influencia durante esta lenta propulsión no es tan vital ni
tan poderosa como cuando marchan velozmente.

29. Los planetas son fuertes cuando se hallan en signos de su misma
naturaleza y también cuando están en aspecto con los planetas que están en
signos compatibles.

30. Cuando la hora del nacimiento es desconocida, puede conseguirse un
diagnóstico muy bueno considerando a la primera casa de naturaleza semejante a
Aries; la segunda, a Tauro; la tercera, a Géminis, y así sucesivamente.

31. La influencia de Saturno es contrayente, mientras que la de Marte es
dilatante, relajante o reblandeciente.

32. El Sol rige el fluido vital, el cual se especializa, es decir, se admite,
elabora y actúa por medio del bazo. Cuando el Sol está afligido al nacimiento, la
enfermedad se presenta frecuentemente cuando los planetas progresados o por
progresión afligen al Sol.

33. Cuando el Sol o la Luna radical están dentro de órbita con las Pléyades
(29° de Tauro), Ascelli (6° de Leo) o Antares (8° de S agitario), hay la indicación de
que la vista será afectada, especialmente si Saturno, Marte o Urano están también
en alguno de estos puntos.

34. Mercurio en la casa duodécima, afligido por el Sol, Saturno, Urano o
Marte, y también Mercurio en Capricornio, la casa de Saturno, cuando está afligido
por un maléfico, afectarán al oído.

35. Vigílese a los planetas maléficos cuando estén colocados en las casas
sexta o duodécima, porque la casa sexta es la que rige las enfermedades, y la
dozava gobierna o indica los hospitales y los puntos de confinamiento.

36. Es necesario observar la antipatía entre ciertos signos y planetas. Por
ejemplo, el candente o signo de fuego Marte puede estar situado en el signo de
agua Piscis, o bien el signo frío y terrestre Saturno lo puede estar en el signo de
fuego Aries. Cuando un planeta está en el signo de su detrimento, puede
convertirse especialmente en una amenaza para la salud.

37. El lugar donde Saturno se halla en el horóscopo es muy verosímil que
sea un punto débil en el cuerpo físico, y el punto más fácilmente afectado por la
enfermedad.

38. Los espíritus de Lucifer del planeta Marte ayudan al mantenimiento del
calor de la sangre por la disolución del hierro, un metal marciano, y capacitan a la
sangre para atraer al oxígeno, un elemento solar.

39. Un paciente con el planeta Mercurio en cuadratura con Saturno es
propenso a sufrir de melancolía y tristeza. Debe elegirse un cuarto bien soleado, y
alegre, con paredes de color rosáceo.

40. El signo de Leo en el Ascendente, con el Sol en su signo de exaltación,
o Aries, da vitalidad abundante y fuerza para arrojar fuera la enfermedad.

41. Si una aflicción de Marte ocasiona una enfermedad, podemos buscar
ayuda cuando la Luna progresada tome un buen aspecto con Venus. Cuando la
enfermedad sea de naturaleza saturnina, podemos confiar con la mejor ayuda
cuando la Luna aspecte a Júpiter. Nótese el símbolo de Venus, la octava superior
de Marte, y el de Júpiter, la octava superior de Saturno; en cada caso el último
símbolo es la inversión del anterior.

42. Si la Luna está en conjunción con Saturno al principio de la enfermedad,
podemos esperar que la enfermedad sea de larga duración.

43. La enfermedad relacionada con la Luna es de naturaleza aguda y puede
cambiarse dentro de los veintiocho días; pero cuando la enfermedad se relaciona
con el Sol, es de naturaleza crónica y con tendencia a ser de duración más larga y
se resistirá al tratamiento con más intensidad.

(3) Edición digital, Biblioteca Upasika.

del libro "Astrodiagnosis", de Max Heindel y Augusta Foss de Heindel

INSINUACIONES Y CONSEJOS PARA EL MÉDICO

CAPÍTULO VIII

INSINUACIONES Y CONSEJOS PARA EL MÉDICO

1. NUNCA, NUNCA prediga la hora de la muerte de un enfermo. Que el
lector repita la lectura de este consejo para que se imprima fuertemente en su
mente. Si se predice la MUERTE de un paciente, el PROFETA puede convertirse
en su verdugo y ante Dios será hecho responsable por tan gran error. Hay un viejo
adagio que dice: “Mientras hay vida, hay esperanza”. No importa lo extrema que
sea la aflicción de un horóscopo; algunas veces la Providencia puede echar una
mano y los períodos más críticos pueden salvarse con un método apropiado.

2. La LEY no permite que un profano diagnostique la enfermedad de un
paciente; solamente puede hacer esto un médico titulado.

3. El médico prudente NUNCA discutirá la enfermedad con su enfermo, ni
tampoco le dará a conocer su diagnóstico directamente. Este conocimiento lo
reservará para su propio uso en la curación.

4. En todo momento procure que la mente del enfermo se vea libre de
pensamientos de dolencias y enfermedades, y antes de dejarle debe decirle
alguna cosa placentera para animarle y darle esperanzas, consuelos y alegrías.
Ría y bromee con él; abandone su cama con una sonrisa, porque la jovialidad y
alegría son la mitad de la cura.

5. Evite el hacerle esta pregunta: “¿Cómo se siente usted?” Esta pregunta
tiene la tendencia a dirigir sus pensamientos hacia el cuerpo físico, el cual en la
enfermedad es una buena cosa olvidar. Haga usted que sus primeras palabras de
saludo al llegar a su lado sean por el estilo de éstas: “¡Vaya un día más hermoso
que hace!”; o bien: “¡Qué buena cara tiene usted hoy!”; o esta otra frase: “¡Hola,
amigo mío! ¡Tengo mucho gusto de saludar a usted!” Cualquier saludo animoso y
corriente es cosa que brinda naturalidad y alegría y contribuye a que el paciente
olvide su dolor y su estado.

5A. Nunca discuta con el enfermo nada acerca de su horóscopo; si a
despecho de esto él insiste en conocerlo, entonces indíquele solamente aspectos
favorables, pero NUNCA le hable de crisis inminentes.
6. Las personas enfermas tienen a menudo un mórbido deseo de conocer el
futuro, de saber si se presenta alguna crisis o bien si están amenazadas de
muerte, especialmente si tienen algún conocimiento de astrología. El médico debe
solicitar del enfermo que abandone el estudio de su propio horóscopo mientras
esté bajo su cuidado, pues de lo contrario verá que el paciente hallará muchas
sugerencias adversas como consecuencia de este estudio y aparecerán en su
mente muchas ideas que entorpecerán la cura.

6A. Hay líneas de fuerza que corren entre los polos de un magneto y en
toda la naturaleza hay un lado positivo y otro negativo. El cuerpo humano es un
magneto poderoso que expresa tanto el negativo como el positivo aspecto.
Cuando un hombre está enfermo, expresa el lado negativo de su
naturaleza, y por lo tanto, el médico debe (si se trata de un buen médico) expresar
el aspecto opuesto, es decir, el positivo. Cuando sucede así, el enfermo
responderá muy rápidamente y la curación será un hecho. Así, pues, es muy
necesario que el médico exprese positividad y alegría en el cuarto del enfermo.

7. Cuando está enfermo un hombre, su fuerza de resistencia está en su
reflujo máximo y es muy sensible a las influencias externas. En aquel momento las
corrientes del cuerpo vital están invertidas hacia adentro y es propenso a atraer
pensamientos y magnetismo de los demás, que si son negativos tendrán un efecto
adverso sobre el paciente. Cuando un hombre se halla en buena salud, los éteres
del cuerpo vital irradian hacia afuera y, por lo tanto, rechazan los elementos
negativos y, además, expulsan de sí impurezas.

8. Cuando uno está enfermo, su poder de resistencia es bajo, y en tales
momentos las vibraciones del médico tienen mayor efecto que en otras ocasiones,
y su influencia, por lo tanto, es más poderosa tanto para el bien como para el mal.
Si los pensamientos del médico no son puros, si su vida no es limpia, entonces su
influencia sobre el paciente no es buena. Por lo tanto, es muy necesario que el
médico espiritual VIVA UNA VIDA de pureza, pues de otro modo hará más daño
que beneficio.

9. Si el Saturno del médico está en el Ascendente o en la sexta casa del
paciente, aquél tendrá muy poco éxito en los tratamientos de tal clase de
enfermos.

10. Un médico con el Sol en Escorpión o con Escorpión en el Ascendente,
es, por regla general, un agente de curación con buen éxito.

11. El Sol con signos de fuego da buena fuerza curativa y también mayor
poder para combatir las enfermedades de aquellos signos que la que es poseída
por otros.

12. Las personas nacidas con signos comunes en los ángulos o con el Sol
en un signo común hacen los mejores enfermeros; teniendo poder para calmar al
enfermo y atraen sobre el cuarto del enfermo una influencia de calma y de
tranquilidad.


13. Cuando Saturno es el afligente, la piel es a menudo seca, y la vitalidad,
baja, en cuyo caso debe frotarse la piel muy de prisa con guantes de baño
ásperos para estimular la circulación.

14. Las personas con Virgo en el Ascendente o con el Sol en Virgo hacen
también de buenos enfermeros.

15. Para calmar a un paciente que tiene un Marte afligido es bueno elegir
una hora de Saturno.

16. Las personas con Saturno en la casa sexta raramente consiguen éxito
en el arte de curación.

17. Cuando tenemos un paciente que sufre de una perturbación nerviosa,
pero que no tiene a Marte afligido, es bueno el aprovechar una hora del Sol o de
Marte para hacerle manipulaciones o administraciones de tratamientos.

18. Cuando la Luna está en cuarto creciente, es decir, de la nueva a la
llena, los estimulantes surten los mejores efectos, y los sedantes los menores.

19. Cuando la Luna está en conjunción con Saturno, los estimulantes tienen
muy poco efecto; pero si la Luna fuese a tener una conjunción con Marte,
especialmente si Marte es fuerte en el horóscopo o está en el signo de Aries,
entonces el médico debe ser muy cuidadoso en el empleo de estimulantes.

del libro "Astrodiagnosis", de Max Heindel y Augusta Foss de Heindel

CASOS PRELIMINARES PARA DIAGNOSTICAR

CAPÍTULO VII

CASOS PRELIMINARES PARA DIAGNOSTICAR

Ahora estamos dispuestos para empezar el trabajo de leer y diagnosticar un
mapa natal. Primeramente debemos saber lo que indica el signo saliente, porque
por él y su significado descifraremos la clave de la disposición del paciente. El
Ascendente indica la naturaleza general del bautismo planetario que el hombre
recibe a su nacimiento y el cual influirá al hombre durante toda su vida física. Con
arreglo a la estampa de las fuerzas estelares del nacimiento, serán las tendencias
de la persona. Obsérvese y recuérdese que nosotros no decimos hado o sino, sino
tendencias, porque el hombre tiene dentro de él mismo el poder de cambiar en
una gran extensión las influencias indicadas en el horóscopo. Nosotros debemos
admitir que el horóscopo es el resultado de sus vidas pasadas y que indica un
cierto probable destino. Si el hombre tolera que las estrellas le dominen, entonces
es cuando se convierte en la víctima de su destino; pero el hombre sabio y
prudente es aquél que rige a sus estrellas.
El Ascendente indica las características generales y tendencias que están
latentes dentro del hombre. Por lo tanto, éste debe ser el punto de partida de
nuestro diagnóstico.
Después debemos ver cómo están representados los cuatro ángulos. Si
hallamos en ellos signos comunes, o sea, Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis en sus
cuatro cúspides, tendremos un paciente que responderá rápidamente a las
sugestiones, y a la vez que escucha al médico y puede aparentemente tratar de
cooperar con él, sin embargo, debido a sus tendencias veleidosas, o mejor dicho,
a la debilidad de voluntad peculiar de las personas de signos comunes, es
propenso a olvidar el ejecutar lo prescrito. Las instrucciones del médico deben ser
repetidas a menudo, pues el paciente de un signo común tiende a olvidarlas.
Si el Ascendente y los cuatro ángulos, por otro lado, están ocupados por los
cuatro signos cardinales, o sean Aries, Cáncer, Libra y Capricornio, el médico
puede esperar en la cooperación del enfermo; pero si Aries está en el Ascendente,
el médico debe hacer creer al enfermo que el trabajo de su cura lo está haciendo
por sí mismo. Nunca se ordene al nativo de Aries que haga alguna cosa, sino que
diplomáticamente le pregunte que si él no cree que haciendo tal y tal cosa
redundaría en su beneficio, porque al hijo de Aries le disgusta seguir los dictados
de otro. Cuando siga sus instrucciones, sin embargo, lo hará con una gran fuerza
e impulsividad. A menudo oímos de personas que siguen las órdenes de los
médicos hasta el extremo de que ellas se tomarían una caja de píldoras en una
dosis. Bien, tal es el paciente de Aries. También debe conseguir resultados
rápidamente, pues de lo contrario perderá su interés. Las gentes de signo cardinal
como una regla están deseosas de cooperar con el médico y harán todos los
esfuerzos necesarios para vencer a la enfermedad.
Las personas de signos fijos, es decir, aquéllas nacidas bajo Tauro, Leo,
Escorpión y Acuario, son unas criaturas de costumbres, es decir, son tan fijas que
cuando siguen una rutina o adquieren una costumbre, son muy difíciles de tratar y
de disuadirlas de sus caminos. Esos hábitos, que están en el fondo de la dolencia
y que son la causa de la enfermedad, los mantienen con mucha tenacidad. Las
personas de signos fijos tienen gran determinación, y una vez que se han erguido
sobre sus manías cooperarán completamente con su médico. Las gentes de Tauro
y Escorpión pueden algunas veces mostrar una naturaleza terca que es difícil de
combatir y, además, son tan miedosas que el médico debe tener cuidado con lo
que dice en su presencia sobre prescripciones para el tratamiento. Siempre debe
ser optimista y emitir sugestiones de esperanza y ánimo.
El médico debe estar familiarizado con el temperamento y disposición que
ofrece cada signo y comprender que si el regente de un signo está afligido o si se
hallan en él planetas maléficos, la respuesta será diferente que cuando se
manifieste el mejor lado del signo. Recuérdese que Leo cuando está sin aflicción
es magnánimo, jovial y amante, es muy diferente del Leo bravucón, pendenciero,
obstinado y jactancioso cuando está afligido. De igual modo encontramos dos
lados en todos los signos. Estudiemos, pues, muy detenidamente todos los signos
y sus regentes. Asimismo notemos cuidadosamente los aspectos que forman el
regente y el Ascendente, porque este planeta es generalmente el regente de la
vida y tiene gran influencia en la existencia del nativo.
El próximo paso es el estudio de la mente, porque si la mentalidad es débil,
el médico halla muchas dificultades para su trabajo, toda vez que en la mente del
hombre descansa la fuerza que puede emplear para controlar su enfermedad. Un
Mercurio fuerte y bien aspectado puede guiar a una persona a vivir una vida sana
y buena y, por lo tanto, tal persona no será propensa a estar enferma; pero
Mercurio cuando está afligido conduce con frecuencia al hombre a caer en
tentaciones y si la naturaleza de deseos es fuerte y la mente débil, podemos temer
que el paciente no tenga la suficiente voluntad para cooperar con el médico. De
modo que éste debe estudiar con el mayor interés el horóscopo con objeto de
descubrir las tendencias latentes de su enfermo. Una vez que las haya
descubierto podrá, entonces, llegar a la primera causa de la dolencia que le
aqueje.
Recuérdese y téngase bien presente que todo en la vida tiene una primera
causa y que para llegar a la comprensión de un caso debe conocerse y llegar al
principio.

del libro "Astrodiagnosis", de Max Heindel y Augusta Foss de Heindel

LAS INFLUENCIAS DE LA CASA SEXTA

CAPÍTULO VI

LAS INFLUENCIAS DE LA CASA SEXTA

Después de que hayamos estudiado con todo detenimiento las cualidades
mentales de nuestro paciente, debemos tratar de ver la fortaleza de su voluntad.
El Ascendente nos servirá siempre de regla para hallar la clave de la voluntad y de
la mentalidad. Ahora veamos qué importancia tiene en el asunto la casa sexta.
La casa sexta es la casa de la enfermedad, y muy frecuentemente nos
ofrece la solución del estado del paciente. Por lo tanto, debemos primeramente
observar el regente de la casa para ver lo que él indica, en el signo y casa en que
está colocado, cuál es la naturaleza del signo y cuál es la parte del cuerpo regida
por él. A continuación debemos ver los planetas que aspectan al regente de esta
casa de la enfermedad.
Supongamos que Acuario está en la cúspide de la casa sexta. Entonces
debemos mirar a los planetas Urano y Saturno, que rigen sobre la salud del
enfermo en gran extensión. Ahora supongamos que Urano está en el signo de
Virgo y en el Ascendente, como lo vemos en el horóscopo de un hombre que
nació el día 22 de abril de 1881, a las dos de la tarde. Urano saliendo nos da la
clave de su naturaleza, la cual es de gran impulsividad.
El corregente de la casa sexta es Saturno. Nosotros vemos que en un gran
número de horóscopos Saturno es el que aflige. Este planeta es la piedra de
toque, el ordenador que brinda al hombre las lecciones que necesita aprender.
Saturno en el horóscopo que tenemos bajo nuestra consideración está en
Tauro, interceptado en la casa novena y en conjunción con el Sol y Júpiter.
Saturno en este caso no es el planeta que ocasiona las peores aflicciones.
Ahora consideremos los planetas que puede haber en la casa sexta. En ella
encontramos colocada la vacilante Luna en Acuario y en cuadratura con Venus y
Neptuno. Los dos últimos planetas están en el signo de Tauro en la casa novena.
Aquí es donde está la causa total de la dolencia. La Luna y Venus son ambos
femeninos, indicando mujeres; la Luna es la regente de la casa undécima, y en
esta forma indica amistad de mujeres, las cuales tientan a este hombre y
ocasionan que responda al impulso de Urano y Marte. De modo que debemos
buscar el mal como consecuencia de un exceso de indulgencia de sus deseos, los
cuales están indicados por los planetas en Tauro y por Marte; el último gobierna el
signo de Escorpión, que rige el sexo. De modo que podemos esperar que el vino y
las mujeres le llevan a este hombre a sus hechos ruinosos.
Notemos que Mercurio está en la casa octava, y aspectado muy débilmente
por un semisextil de Saturno, el Sol, Júpiter y Neptuno. Mercurio en Aries actúa
bajo impulso. Como está prácticamente sin aspectos en este signo y Urano está
en oposición con Marte, indica falta de premeditación y previsión. Con estas
condiciones y teniendo un signo común en el Ascendente, este hombre fue un
perfecto esclavo de sus pasiones y deseos. Aquí podemos ver que Virgo y el
Ascendente con Urano en conjunción indican la voluntad. Está indicada una
decidida falta de voluntad. Con Virgo, el signo natural de la casa sexta en el
Ascendente, y el Sol en Tauro, este hombre fue una víctima fácil de la
enfermedad, pues tanto los de Virgo como los de Tauro tienen un miedo decidido
a la enfermedad. Nosotros nunca debemos basar nuestro diagnóstico sobre una o
dos aflicciones, sino que debemos estudiar todos los signos y planetas muy
cuidadosamente. Algunos horóscopos indican muy claramente el asunto, y de una
simple ojeada puede verse por unos cuantos aspectos cuál puede ser la
enfermedad. Pero otros horóscopos, en cambio, ocultan los síntomas, justamente
del modo en que el médico descubre algunas veces cuál es la enfermedad que
aqueja a sus pacientes. Algunos dicen inmediatamente dónde radica la
enfermedad, mientras que otros quedan perplejos ante el jeroglífico que el caso
presenta para ellos, por la dificultad que encuentran para localizarla. Por lo tanto,
el astrólogo debe estudiar y razonar todos los factores cuidadosamente para
asegurarse de que el diagnóstico que da de un caso es exacto y correcto.


del libro "Astrodiagnosis", de Max Heindel y Augusta Foss de Heindel