domingo, 31 de enero de 2010

El valor salutífero de los alimentos indigeribles - en you tube -


CAPITULO X
CIENCIA DE LA NUTRICIÓN

El valor salutífero de los alimentos indigeribles

en you tube, aqui
https://www.youtube.com/watch?v=SzP1NOw2FVw


Parecería absurdo a primera vista decir que cuanto más indigeribles son los alimentos tanto mejor será nuestra salud; pero, sin embargo, si esta afirmación no se toma demasiado literalmente, es verdad. Los alimentos que generalmente se consideran indigestos, porque no nos sentimos bien después de haberlos comido, generalmente nos hacen daño por haber sido demasiado digeridos, mientras que otros alimentos, que son completamente indigeribles y, por lo tanto, en cierto sentido, que no son realmente alimentos por esa causa, nos proporcionan un perfecto bienestar.
La falta de apreciación de estos hechos esenciales es lo que constituye el fundamento de las dificultades que experimentan muchas personas cuando adoptan lo que ellos llaman el régimen vegetariano. En la mayoría de los casos han sufrido perturbaciones digestivas antes de dejar de comer carnes, e infinidad de ellas han adoptado una dieta sin carnes, con la esperanza de que se produzca un milagro y recuperen la salud. Por consiguiente, se sienten luego amargamente decepcionadas, porque, lejos de experimentar alguna mejoría se sienten en muchos casos peor, ya que continúan con sus errores dietéticos en todos los demás sentidos, de manera que su nuevo régimen, desde el punto de vista de la salud, es mil veces peor que la dieta mixta ordinaria, y bien sabe Dios que esa es ya bastante mala. En puridad de verdad, en vez de asombrarse de que el cuerpo pueda ceder ante la tensión provocada por esa dieta indiscreta, lo asombroso es que pueda soportarla a pesar de los abusos y malos tratos que con ella se le dan.
Con mucha frecuencia ocurre que las personas que se dirigen a nosotros en demanda de salud, admiten sin ambages los errores dietéticos más atroces, completamente ignorantes de que están procediendo mal. Comen cuatro o cinco veces por día: pastelillos, café, huevos, carne, pan blanco, papas, tortas, queso, etc., y luego se asombran de no sentirse bien. Estas personas pretenden que no tienen malos hábitos. Fuman unos cuantos cigarros beben unos cuantos vasos de cerveza, quizás un cóctel o dos; viven sujetas a lo que llaman una "dieta natural", se acuestan a las diez o las once, y se congratulan de que constituyen verdaderos modelos para los demás. Por regla general, cuando se les advierte que están cometiendo serios errores, se quedan estupefactas y no lo creen. Parece que dudaran de sus propios sentidos cuando se les dice que se están matando con sus alimentos o que real y verdaderamente están cavando su propia tumba con sus dientes.
Sin embargo, así es, y no porque sus alimentos sean indigestos, sino justamente porque faltan en su alimentación substancias indigeribles que se mezclen con los alimentos súper concentrados que constituyen los principales elementos de esa dieta. Respecto a eso, dichas personas no son peores que las que viven constriñéndose a una dieta compuesta de alimentos concentrados como las ciruelas, nueces, pasas, etcétera.
También comen alimentos sumamente concentrados: obtienen proteínas de las nueces y carbohidratos de las pasas, pero carecen de la indispensable aunque indigerible celulosa que proporcione el volumen necesario, causando irritación en el conducto intestinal, lo que es indispensable para provocar la peristaltis y las secreciones de fermentos digestivos necesarios.
No hay duda alguna de que el trigo integral es muchísimo mas nutritivo, grato al paladar y saludable, que la harina blanca que esta compuesta solamente por la porción almidonosa del grano pero su valor, desde el punto de vista de la salud, no se debe a que se digiera más fácilmente que el pan blanco, porque, en realidad, no es así. Tampoco se debe el gran beneficio del pan de trigo completo a las sales minerales que contiene y que son indispensables para la formación del cuerpo, cuyas sales están ausentes del pan blanco. Debe recordarse que así como una parte de las proteínas contenidas en la carne o del fósforo en el pescado quedan sin digerir ni asimilarse, así también pasa con el fósforo y las proteínas del pan de trigo entero. No asimilamos todas las proteínas y las sales minerales que contienen las partes más densas del trigo entero. Pero si bien el pan blanco se digiere completamente y deja muy pocas cenizas, siempre que este bien hecho, las partes más compactas de la harina de trigo entero pasan por el tracto intestinal sin ser digeridas, pero le dan un suave masaje que, en cierto modo, irrita al intestino, provocando un flujo de sangre que lo mantiene limpio y sano. No se forma un bolo tan pequeño y casi sin residuos, como pasa con los alimentos muy concentrados y, por lo tanto, tampoco se forman gases ofensivos, dejando el sistema intestinal limpio y sano.
Compárese la acción en los intestinos de alimentos tales como los huevos, la carne y el queso, que se asimilan casi por completo y no dejan residuos voluminosos que sirvan para limpiar el conducto una vez asimilada la comida, con la acción de vegetales como las legumbres (empleadas parsimoniosamente): remolachas, zanahorias, apio, cebolla, etc., que contienen todos los elementos de la carne, además del volumen indispensable para la salud, compuesto de substancias fibrosas, que son las únicas que pueden barrer el conducto intestinal, eliminando todos los productos deletéreos y dejando el organismo limpio y sano-
El arquetipo determina la forma y figura de una persona, las cuales conservará mientras se mantenga en estado de salud normal; pero con nuestros desórdenes dietéticos muy a menudo cambiamos la forma y figura, de tal manera que la energía del cuerpo se emplea en el proceso de eliminar una cantidad enorme de alimentos que no podemos asimilar y que nos hace adelgazar. Lo contrario ocurre cuando los poderes eliminadores del cuerpo son débiles. Entonces sobreviene la obesidad con la formación de tejidos adiposos, producto de una dieta antinatural. Cuando se adopta una dieta científica, las personas excesivamente delgadas debido a un régimen erróneo, engordan, y las obesas, cuyo exceso de carnes se debía a la misma causa, pierden peso.


del libro "Principios Ocultos para la Salud y la Curación", 
de Max Heindel

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https://www.youtube.com/watch?v=SzP1NOw2FVw

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