martes, 2 de febrero de 2010

INSINUACIONES Y CONSEJOS PARA EL MÉDICO

CAPÍTULO VIII

INSINUACIONES Y CONSEJOS PARA EL MÉDICO

1. NUNCA, NUNCA prediga la hora de la muerte de un enfermo. Que el
lector repita la lectura de este consejo para que se imprima fuertemente en su
mente. Si se predice la MUERTE de un paciente, el PROFETA puede convertirse
en su verdugo y ante Dios será hecho responsable por tan gran error. Hay un viejo
adagio que dice: “Mientras hay vida, hay esperanza”. No importa lo extrema que
sea la aflicción de un horóscopo; algunas veces la Providencia puede echar una
mano y los períodos más críticos pueden salvarse con un método apropiado.

2. La LEY no permite que un profano diagnostique la enfermedad de un
paciente; solamente puede hacer esto un médico titulado.

3. El médico prudente NUNCA discutirá la enfermedad con su enfermo, ni
tampoco le dará a conocer su diagnóstico directamente. Este conocimiento lo
reservará para su propio uso en la curación.

4. En todo momento procure que la mente del enfermo se vea libre de
pensamientos de dolencias y enfermedades, y antes de dejarle debe decirle
alguna cosa placentera para animarle y darle esperanzas, consuelos y alegrías.
Ría y bromee con él; abandone su cama con una sonrisa, porque la jovialidad y
alegría son la mitad de la cura.

5. Evite el hacerle esta pregunta: “¿Cómo se siente usted?” Esta pregunta
tiene la tendencia a dirigir sus pensamientos hacia el cuerpo físico, el cual en la
enfermedad es una buena cosa olvidar. Haga usted que sus primeras palabras de
saludo al llegar a su lado sean por el estilo de éstas: “¡Vaya un día más hermoso
que hace!”; o bien: “¡Qué buena cara tiene usted hoy!”; o esta otra frase: “¡Hola,
amigo mío! ¡Tengo mucho gusto de saludar a usted!” Cualquier saludo animoso y
corriente es cosa que brinda naturalidad y alegría y contribuye a que el paciente
olvide su dolor y su estado.

5A. Nunca discuta con el enfermo nada acerca de su horóscopo; si a
despecho de esto él insiste en conocerlo, entonces indíquele solamente aspectos
favorables, pero NUNCA le hable de crisis inminentes.
6. Las personas enfermas tienen a menudo un mórbido deseo de conocer el
futuro, de saber si se presenta alguna crisis o bien si están amenazadas de
muerte, especialmente si tienen algún conocimiento de astrología. El médico debe
solicitar del enfermo que abandone el estudio de su propio horóscopo mientras
esté bajo su cuidado, pues de lo contrario verá que el paciente hallará muchas
sugerencias adversas como consecuencia de este estudio y aparecerán en su
mente muchas ideas que entorpecerán la cura.

6A. Hay líneas de fuerza que corren entre los polos de un magneto y en
toda la naturaleza hay un lado positivo y otro negativo. El cuerpo humano es un
magneto poderoso que expresa tanto el negativo como el positivo aspecto.
Cuando un hombre está enfermo, expresa el lado negativo de su
naturaleza, y por lo tanto, el médico debe (si se trata de un buen médico) expresar
el aspecto opuesto, es decir, el positivo. Cuando sucede así, el enfermo
responderá muy rápidamente y la curación será un hecho. Así, pues, es muy
necesario que el médico exprese positividad y alegría en el cuarto del enfermo.

7. Cuando está enfermo un hombre, su fuerza de resistencia está en su
reflujo máximo y es muy sensible a las influencias externas. En aquel momento las
corrientes del cuerpo vital están invertidas hacia adentro y es propenso a atraer
pensamientos y magnetismo de los demás, que si son negativos tendrán un efecto
adverso sobre el paciente. Cuando un hombre se halla en buena salud, los éteres
del cuerpo vital irradian hacia afuera y, por lo tanto, rechazan los elementos
negativos y, además, expulsan de sí impurezas.

8. Cuando uno está enfermo, su poder de resistencia es bajo, y en tales
momentos las vibraciones del médico tienen mayor efecto que en otras ocasiones,
y su influencia, por lo tanto, es más poderosa tanto para el bien como para el mal.
Si los pensamientos del médico no son puros, si su vida no es limpia, entonces su
influencia sobre el paciente no es buena. Por lo tanto, es muy necesario que el
médico espiritual VIVA UNA VIDA de pureza, pues de otro modo hará más daño
que beneficio.

9. Si el Saturno del médico está en el Ascendente o en la sexta casa del
paciente, aquél tendrá muy poco éxito en los tratamientos de tal clase de
enfermos.

10. Un médico con el Sol en Escorpión o con Escorpión en el Ascendente,
es, por regla general, un agente de curación con buen éxito.

11. El Sol con signos de fuego da buena fuerza curativa y también mayor
poder para combatir las enfermedades de aquellos signos que la que es poseída
por otros.

12. Las personas nacidas con signos comunes en los ángulos o con el Sol
en un signo común hacen los mejores enfermeros; teniendo poder para calmar al
enfermo y atraen sobre el cuarto del enfermo una influencia de calma y de
tranquilidad.


13. Cuando Saturno es el afligente, la piel es a menudo seca, y la vitalidad,
baja, en cuyo caso debe frotarse la piel muy de prisa con guantes de baño
ásperos para estimular la circulación.

14. Las personas con Virgo en el Ascendente o con el Sol en Virgo hacen
también de buenos enfermeros.

15. Para calmar a un paciente que tiene un Marte afligido es bueno elegir
una hora de Saturno.

16. Las personas con Saturno en la casa sexta raramente consiguen éxito
en el arte de curación.

17. Cuando tenemos un paciente que sufre de una perturbación nerviosa,
pero que no tiene a Marte afligido, es bueno el aprovechar una hora del Sol o de
Marte para hacerle manipulaciones o administraciones de tratamientos.

18. Cuando la Luna está en cuarto creciente, es decir, de la nueva a la
llena, los estimulantes surten los mejores efectos, y los sedantes los menores.

19. Cuando la Luna está en conjunción con Saturno, los estimulantes tienen
muy poco efecto; pero si la Luna fuese a tener una conjunción con Marte,
especialmente si Marte es fuerte en el horóscopo o está en el signo de Aries,
entonces el médico debe ser muy cuidadoso en el empleo de estimulantes.

del libro "Astrodiagnosis", de Max Heindel y Augusta Foss de Heindel

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