viernes, 29 de enero de 2010

Causas de las afecciones físicas - en you tube -

ENFERMEDAD

CAPITULO IV
CAUSAS GENERALES DE LAS ENFERMEDADES

Causas de las afecciones físicas

en you tube, aqui
https://studio.youtube.com/video/OidHDA6qCy4/edit/basic

Con respecto a las anormalidades físicas y a las deformidades en general, la regla parece ser que como la indulgencia física por nuestras pasiones reacciona sobre los estados mentales, así también el abuso de los poderes mentales en una vida lleva a la invalidez física en una existencia posterior. Una máxima oculta dice que una mentira es a la vez asesinato y suicidio en el Mundo Astral o de Deseos. Las enseñanzas de los Hermanos Mayores, dadas en el “Concepto Rosacruz del Cosmos”, explican que cuando ocurre un acontecimiento, cierta forma mental generada en el Mundo Invisible deja una impresión del incidente. Y cada vez que se habla o comenta dicho acontecimiento, se crean nuevas formas mentales que se funden con el original y lo vigorizan, siempre que ambos sean verdaderos y respondan a la misma vibración. Pero si se dice una mentira o inexactitud con respecto a lo ocurrido, entonces las vibraciones del original y de la reproducción ya no son idénticas: chocan entre sí, desintegrándose mutuamente. Si la forma mental buena y verdadera es suficientemente fuerte, se sobrepondrá y vencerá a las formas mentales basadas en la mentira, y el bien vencerá al mal. Pero si los pensamientos falsos y maliciosos, son los más fuertes, pueden vencer a la verdadera imagen mental del acontecimiento y destruirla. Más adelante, a su vez, chocarán entre si y se aniquilarán mutuamente. Al fin de cuenta., todas las cosas trabajan ultérrimamente para el Bien.
Así pues, una persona que lleva una vida pura y limpia, tratando de obedecer las leyes de Dios y luchando sinceramente por alcanzar la verdad y la justicia, irá creando formas mentales en torno de ella de la misma naturaleza. Su mente correrá como sobre rieles y se irá armonizando con la verdad; y cuando llegue el momento, en el segundo cielo, de crear el arquetipo necesario para su vida terrena próxima, se pondrá intuitivamente, instintivamente, merced a los hábitos desarrollados en vidas anteriores, en conexión con las fuerzas de la justicia y de la verdad. Y estos rieles o canales formados en su nuevo cuerpo, crearán armonía en sus vehículos, de lo cual resultará igualmente un perfecto estado de salud. Por otra parte, aquellos que en su vida pasada han tenido una visión deforme de las cosas y se han despreocupado de la verdad, apelando, en cambio, a la astucia, el egoísmo más feroz y la desconsideración por el bienestar de los demás, se condenan a tener que ver las cosas en el segundo cielo en la misma forma oblicua, ya que ese es su hábito mental normal. Por lo tanto, el arquetipo formado por estas almas será una encarnación del error y de la falsedad y, por consiguiente, cuando el cuerpo sea dado a luz, demostrará muchas debilidades y fallas en distintos órganos, o quizás en toda su organización corporal.
Sin embargo, debemos prevenir a los estudiantes que no saquen conclusiones prematuras de estas generalizaciones. No queremos absolutamente decir que todo el que tenga un cuerpo sano y lleno de salud haya sido un modelo de virtudes en su vida pasada, o que el que sufre de alguna afección o invalidez haya sido un pecador o un inútil. Ninguno de nosotros se encuentra actualmente en condición de decir la verdad y nada más que la verdad. Estamos engañados, porque nuestros sentidos son ilusorios. Una calle larga parece estrecharse en la distancia, mientras que, en realidad, sigue siendo tan ancha una milla más lejos que donde nos encontrarnos. El Sol y la Luna parecen mucho más grandes cuando están cerca del horizonte que cuando se encuentran en el cenit, pero, en realidad, sabemos que no aumentan de tamaño al bajar hacia el horizonte, ni pierden al ascender al meridiano. Así pues, estamos corrigiendo constantemente las ilusiones de los sentidos, y similarmente tenemos que hacer otro tanto con todas las demás cosas del mundo. Lo que parece verdad, no siempre lo es, y lo que hoy es verdad con respecto a las condiciones de la vida, puede cambiar mañana. Por lo tanto, es imposible para nosotros conocer la verdad ultérrima en las condiciones ilusorias y evanescentes de la existencia física.
Sólo cuando penetramos en los reinos superiores, y muy especialmente en la Región del Pensamiento Concreto, nos es dable percibir las verdades eternas. De ahí que cometamos errores y equivocaciones una y otra vez, a pesar de nuestros más denodados esfuerzos para conocer la verdad. Y por estos mismos motivos es imposible para nosotros construirnos una serie de vehículos perfectamente concordantes y armoniosos. Si tal cosa fuera posible, nuestro cuerpo seria realmente inmortal, y bien sabemos que la inmortalidad en la carne no constituye ciertamente el designio de Dios. San Pablo dice que “la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios”.
Pero si sabemos que aun hoy en día hay un pequeñísimo número de personas que ya están prontas para vivir tan cerca de la verdad como es posible, confesándola y profesándola ante los demás seres humanos, mediante una vida de servicio, de justicia y de inofensividad. Podemos comprender perfectamente que esos pocos deben haber sido en realidad muy pocos en los días pasados, cuando el ser humano no había desarrollado todavía el altruismo, que sólo vino a este planeta con el advenimiento de nuestro Señor y Salvador Cristo-Jesús. Las normas de la moral eran entonces muy inferiores a las actuales, y el amor a la verdad, casi desconocido en la mayor parte de la humanidad, la que estaba absorbida en la tarea de acumular tantas riquezas como podía o adquirir poder y prestigio en la medida de lo posible. Por ese motivo los seres humanos se sentían naturalmente inclinados a desconsiderar los intereses de los demás, y decir una mentira no parecía absolutamente reprensible y algunas veces se lo consideraba hasta meritorio. Los arquetipos estaban constantemente llenos de debilidades de toda especie, y todas las funciones orgánicas del cuerpo se encuentran actualmente muy obstaculizadas como resultado de todo ello, en particular en los cuerpos occidentales, que son los que se están convirtiendo en organismos cada vez más sensibles al dolor, debido a la creciente conciencia del espíritu.

del libro "Principios Ocultos de la Salud y la Curación", de Max Heindel





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