viernes, 29 de enero de 2010

El Cuerpo de Deseos y la Mente - en you tube -



CAPITULO III
EL CUERPO DE DESEOS Y LA MENTE

El Cuerpo de Deseos

En la tercera revolución del Período Lunar, los Señores de la Individualidad irradiaron de sí mismos la substancia que ayudaron a asimilar al ser humano inconsciente, evolucionante en su cuerpo de deseos. Y también le ayudaron a incorporar este cuerpo de deseos germinal en el cuerpo vital y denso compuestos que ya tenía. Este trabajo se fue realizando durante toda la tercera y la cuarta revoluciones del Período Lunar.
La "voluntad inferior" o voluntad corporal antagónica es una de las expresiones de la parte superior del cuerpo de deseos. Cuando se produjo la división del Sol, la Luna y la Tierra, en la primera parte de la Época Lemúrica, la porción más avanzada de la humanidad en formación experimentó una división de su cuerpo de deseos, en una parte superior y otra inferior. El resto de la humanidad pasó por una experiencia similar en la primera parte de la Época Atlánte.
La parte superior del cuerpo de deseos se convirtió en algo así cono un alma animal, la que construyó el sistema nervioso cerebro-espinal y los músculos voluntarios, pudiendo así controlar la parte inferior del triple cuerpo, hasta que recibió el eslabón de la mente. Entonces la mente se fundió con el alma animal y se convirtió así en corregente del ser humano.
Durante la vida del ser humano, el cuerpo de deseos no tiene la misma forma que sus cuerpos vital y denso. Esa forma sólo la asume al morir. Durante la vida terrena tiene la apariencia de un ovoide luminoso que, durante las horas de vigilia, rodea por completo al cuerpo denso, como la clara envuelve a la yema. Se extiende de 12 a 16 pulgadas más allá de la superficie del cuerpo denso en los individuos corrientes. La substancia del cuerpo de deseos humanos la compone la del Mundo de Deseos y está en movimiento incesante, con inconcebible rapidez. No hay lugar alguno fijo para ninguna de sus partículas, como en el cuerpo físico. La substancia que se encuentra en un momento dado en la cabeza, puede estar un momento después en los pies y nuevamente de vuelta. No hay órganos en el cuerpo de deseos, como los hay en el cuerpo físico y vital, sino centros de percepción, los que, cuando están en actividad, parecen como vórtices, permaneciendo siempre en la misma posición relativa con respecto al cuerpo denso. En la memoria de los seres humanos son apenas como remolinos y no tienen utilidad ninguna corno centros de percepción. Sin embargo, pueden ser despertados en todos, aunque cada sistema produce un resultado diferente. El cuerpo de deseos tiene su sede en el hígado y nace alrededor de los 14 años a una vida independiente.
En la clarividencia involuntaria, negativa, estas vórtices giran de derecha a izquierda, o sea en movimiento opuesto al de las manecillas del reloj.
En el cuerpo de deseos de los clarividentes voluntarios positivos, giran en la misma dirección que el minutero del reloj, brillando con extraordinario esplendor que sobrepasa en mucho la brillante luminosidad ordinaria del cuerpo de deseos común. Estos centros suministran al clarividente el medio de percibir las cosas del Mundo de Deseos, pudiendo entonces ver e investigar lo que quiera, mientras que las personas cuyos centros giran de derecha a izquierda son como un espejo que reflejan lo que pasa ante ellas.
En un futuro muy remoto el cuerpo de deseos humano estará tan bien organizado como lo están actualmente los cuerpos físico y vital.

La Mente

En la Época Atlánte del Período Terrestre, los Señores de la Mente irradiaron de sí mismos y depositaron en nuestro ser el núcleo de la substancia que actualmente estamos tratando de organizar como mentalidad. Le fue conferida al ser humano para dar objeto y propósito a sus acciones; pero corno el Ego era extraordinariamente débil y la naturaleza pasional muy fuerte, la mente naciente se fundió con el cuerpo de deseos, dando por resultado la Astucia, que fue la causa de toda la maldad que se difundió en el tercio medio de la Época Atlánte.
Como la mente es el último de los vehículos humanos formados, no puede considerarse de modo alguno como un cuerpo. No es más que un eslabón, una envoltura para que el Ego la utilice como punto de enfoque o concentración. Sin embargo, es el instrumento más valioso que posee el espíritu y su instrumento especial en la obra de la creación. Nosotros, como Egos, funcionamos directamente en la sutilísima substancia de la Región del Pensamiento Abstracto que hemos especializado dentro de la periferia de nuestra aura individual. Desde allí contemplamos las impresiones que hace el mundo externo sobre el cuerpo vital, por intermedio de los sentidos, junto con los sentimientos y emociones generadas por ellas en el cuerpo de deseos, que se refleja en la mente.
De estas imágenes mentales sacamos nuestras conclusiones en la Región del Pensamiento Abstracto, con respecto a las cuestiones de que se trate. Estas conclusiones son ideas. Mediante el poder de la voluntad proyectamos una idea en la mente, donde toma forma concreta como forma mental o pensamiento, rodeándose de substancia mental extraída de la Región del Pensamiento Concreto. Esta imagen puede ser proyectada en cualquiera de estas tres direcciones:
1. Puede ser proyectada sobre el cuerpo de deseos, en un esfuerzo para despertar en él un sentimiento, que llevará a una acción inmediata;
2. Cuando los impactos externos no exigen de estas imágenes mentales una acción inmediata, pueden ser proyectadas sobre el éter reflector, juntamente con los demás pensamientos ocasionados por ellas, para ser utilizadas en el futuro;
3. Pueden ser proyectadas sobre otra mente, como sugestiones, información telepática, etc. Cuando el trabajo destinado a esas formas mentales ha sido realizado o cuando su energía se ha gastado en vanas tentativas para alcanzar su objetivo, entonces retornan gravitativamente a su creador, llevando consigo la impresión indeleble de su jornada.
En nuestra actual etapa de la Evolución, podemos decir que la mente nace a la edad de 21 años, pero la esencia de la mentalidad, su culminación, sólo se alcanza alrededor del cuadragésimo noveno año.
La mente es el medio concentrador, merced al cual las ideas concebidas por la imaginación del espíritu pueden ser proyectadas en el Universo material. Al principio no son más que formas mentales, pero cuando el deseo de realizar las posibilidades imaginadas ha puesto al ser humano a trabajar en el Mundo Físico con este fin, entonces las llamamos “realidades” concretas.
Sin embargo, actualmente la mente no está enfocada en forma que permita dar una imagen clara y verdadera de lo que el espíritu imagina. No tiene un foco único y nítido y da imágenes nebulosas. De ahí la necesidad de la experimentación, para demostrar la impropiedad de la primera concepción y producir nuevas imágenes o ideas hasta lograr la verdadera imagen producida por el espíritu en la substancia mental y reproducirla en la substancia física.
En el mejor de los casos, sólo podemos modelar con nuestra mente las imágenes que tienen relación con la forma, porque la mente humana no comenzó sino en el Periodo Terrestre y se encuentra actualmente en su etapa primitiva de desenvolvimiento, o sea su “etapa final”. Por eso estamos confinados en nuestras operaciones a las formas, a los minerales. Podemos imaginar toda clase de maneras de trabajar con las formas minerales de los tres reinos inferiores; pero podemos hacer poco o nada con los cuerpos vivientes. Es verdad que podemos injertar una rama viva en un árbol vivo, o una parte viva de un animal en otro; pero en realidad no estamos operando con la vida sino con sus formas solamente. Estamos creando circunstancias o condiciones nuevas; pero la vida que ya moraba en esa forma es la que continúa subsistiendo. Poder trabajar con la vida está actualmente más allá del poder del ser humano hasta que su mente haya sido vivificada.
En el Periodo se Júpiter la mente habrá sido vivificada hasta cierto punto, y entonces el ser humano podrá imaginar formas que vivirán y crecerán, como las plantas.
En el Período de Venus, cuando su mente haya adquirido “Sentimiento” o “Sensación”, podrá crear cosas vivas, que crezcan y tengan sensación.
Y, finalmente, cuando alcance la perfección, al final del Período de Vulcano, podrá imaginar en existencia seres que vivirán, crecerán, sentirán y pensarán.

del libro "Principios Ocultos de la Salud y la Curación", de Max Heindel

* * *

No hay comentarios:

Publicar un comentario