domingo, 31 de enero de 2010

Resultados de las comidas demasiado frecuentes - en you tube -



CAPITULO X
CIENCIA DE LA NUTRICIÓN


Resultados de las comidas demasiado frecuentes


Otra causa fecunda de desórdenes digestivos es el hábito de comer a cortos intervalos. Las personas habituadas a comer cuatro o cinco veces por día, dicen que tienen hambre y se ven precisadas a comer o se sienten mal. En realidad, ese apetito se debe a una enfermedad estomacal, y el alivio que se experimenta se debe al peso de los alimentos, que adormece el estómago. 
Si decimos que es criminal dar a una persona adicta a la morfina más morfina, por el mero hecho de que la desee, aunque ello le proporcione un alivio temporal de sus sufrimientos, deberíamos aplicar la misma lógica y filosofía a las personas que están emponzoñadas por el exceso de alimentos. Esto no es una teoría, sino el resultado de investigaciones que no pueden ser comparadas con experimentos efectuados con los animales o seres humanos, en los que el sufrimiento incidental provocado por las investigaciones pueda ser tabulado. No existen tales barreras para las personas que poseen visión espiritual, las cuales pueden ver la acción peristáltica del estómago y de los intestinos, en los puntos en que el sistema haya sido sobrecargado. Allí se ve que los alimentos exudan un gas ponzoñoso que es arrojado hacia la periferia del aura del cuerpo vital humano, mientras este conserve la salud. Pero cuando su vitalidad se debilita y el flujo de las fuerzas solares a través del bazo no es tan fuerte como lo usual, este gas ponzoñoso se mantiene en torno de la región abdominal como una ancha faja negra, que envenena todas las actividades orgánicas del cuerpo mientras se mantenga allí. Cuando una persona toma tres comidas diarias, hay una ligera oportunidad de que se disuelva esa banda ponzoñosa, generada por una comida, antes que se tome la siguiente. Pero si las comidas se toman a intervalos de pocas horas, no hay la menor oportunidad de que el paciente se libre de esa nubosidad ponzoñosa y, por consiguiente, se va poniendo peor y peor, acortando el período de su vida en tal forma que seria una sorpresa para muchos si pudieran darse cuenta de ello. 
Por estas razones, todos los que deseen conservar una salud normal deben acostumbrarse a comer sólo dos o tres veces por día, y eso en poca cantidad, teniendo sumo cuidado en recibir un volumen abundante más bien que nutrición, porque es una amarga verdad el hecho de que la mayor parte de las gentes mueren por comer mucho y no de hambre. 

del libro "Principios Ocultos de la Salud y de la Curación", 
de Max Heindel


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