lunes, 1 de febrero de 2010

Leyes de compatibilidad y receptividad orgánica - en you tube -


CAPITULO XI
LA ASTROLOGÍA COMO AUXILIAR EN EL
ARTE DE SANAR

Leyes de compatibilidad y receptividad orgánica

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Existen dos leyes básicas en la Astroterapia o sea la ciencia de la curación por medio de los rayos estelares. Una de esas leyes esta ley de Compatibilidad, y la otra es la de la Receptividad Orgánica. Mediante el conocimiento y la aplicación de estas leyes, los enfermos recuperan la salud mucho más rápidamente que de cualquier otra manera y con el mínimo de esfuerzo de parte del médico.
En el momento de la concepción, la Luna se encuentra en el grado que constituye el Ascendente del nacimiento. Es entonces cuando el cuerpo vital se coloca en el seno materno, como matriz en torno de la cual se irán agrupando los elementos químicos que formarán el cuerpo. El cuerpo vital emite un sonido similar al zumbido de un abejorro. Durante la vida, este sonido etérico atrae y fija los elementos químicos de nuestro cuerpo, de manera que formen órganos y tejidos, y mientras las ondas etéricas sonoras de nuestro cuerpo vital estén en armonía con la nota-clave de nuestro arquetipo, los elementos químicos con los que nutrirnos nuestro cuerpo denso son adecuadamente distribuidos y asimilados, manteniéndonos en estado de salud, estemos gordos o flacos, sonrosados o pálidos, o sea cual fuere la apariencia externa. Pero en cuanto las ondas sonoras del cuerpo vital desentonan con la nota-clave del arquetipo, esta disonancia provoca desordenes en la agrupación de los elementos químicos de nuestro alimento, desalineándolos y poniéndolos fuera de lugar en relación con las líneas de fuerza arquetípicas.
Entonces se hacen manifiestos en el cuerpo una eliminación imperfecta de los residuos, la acumulación de toxinas y otros fenómenos anormales o estados enfermizos de todas clases, continuando la enfermedad hasta que se haya restablecido la armonía del cuerpo vital. Una vez que se ha eliminado la causa invisible, los efectos visibles desaparecen y se restaura la salud. Podemos ver, pues, que la enfermedad incipiente se manifiesta en el cuerpo vital antes que el cuerpo físico comience a mostrar signos de perturbaciones, y que la restauración del cuerpo vital también precede a la convalecencia.
Cuando una persona en buen estado de salud sufre un accidente, su cuerpo vital no sufre nada por ello, y por lo tanto puede no sentir en toda su extensión el daño causado hasta varios días después. Si sobrevive al shock producido por la máxima disonancia entre el cuerpo vital y arquetipo, todas las probabilidades son, de que se curara.
EI tono de la vibración etérica del cuerpo vital queda determinado por el Signo Ascendente, por las razones dadas. Cada uno de los doce signos imparte un sonido diferente del de los otros, de la misma manera que cada una de las doce notas de la escala cromática difiere de las otras. Algunas notas se unen armoniosamente, produciendo un efecto agradable, mientras otras son discordantes y hieren nuestra sensibilidad. Similarmente, la armonía de los signos ascendentes hace a algunas personas gratas entre sí y capaces de ayudarse y curarse unas a otras cuando sea necesario, mientras que las personas cuyos signos ascendentes son discordes no pueden prestarse ni recibir ayuda entre si.
La primera consideración que hay que tener en cuenta, cuando se está a punto de tratar un caso es descubrir la relación espiritual básica entre el médico y el paciente. Si la ley de Compatibilidad demuestra armonía, las perspectivas son buenas y prometen un rápido restablecimiento, pero si hay discordancias, el paciente debe dirigirse a un médico con el que se encuentre en armonía.
Éste es el sistema que los Hermanos Mayores utilizan al distribuir a los distintos pacientes entre los Auxiliares Invisibles, y es la clave del éxito que hemos tenido para beneficiar a todos los que se han dirigido a nosotros pidiendo auxilio.
Astrológicamente existen cuatro elementos Fuego, Aire, Tierra y Agua. Los planetas son otros tantos focos por intermedio de los cuales se proyectan las influencias de los signos sobre el niño recién nacido, dando el tono al cuerpo, especialmente si se encuentran en el Ascendente. El éxito del médico varía en relación a la armonía que el mismo tenga con el ascendente del paciente, sea aquel Ígneo, Terrestre, Aéreo o Acuoso.
Cuando Saturno ocupa en el horóscopo de una persona cualquier grado zodiacal que se encuentre dentro de la primera o la sexta casa de otro, esas personas son absolutamente incompatibles e incapaces de beneficiarse entre si. Marte y Urano también tienen efectos malignos, pero su fuerza se gasta pronto, puede compararse al asalto de un cuzquito. Pero la influencia de Saturno es como el mordisco de un bulldog; un mordisco tenaz, mortal, que no suelta.
El Sol es el gran dador de Vida, exactamente lo opuesto a Saturno, por lo que no es difícil comprender que su posición es particularmente beneficiosa para ciertas clases de pacientes y en algunas enfermedades. Esta influencia queda determinada por su posición en las triplicidades. Los que tienen el Sol en uno de los signos ígneos, gozan de gran poder curativo con respecto a las personas que sufren de enfermedades regidas por esos signos, mientras que los que tienen el Sol en signos aéreos, dominan las enfermedades comunes a esos signos, y así sucesivamente. Los que han nacido bajo el signo cardinal de determinada triplicidad, tienen éxito sumo en el tratamiento de los casos agudos de las afecciones pertenecientes a esos signos, mientras que quien tenga el Sol en un signo fijo puede curar muy bien las enfermedades crónicas de esa triplicidad. Los nacidos con el Sol en signos comunes son los que tienen menos éxito como médicos, pero en cambio, los ayuda la virtud de apaciguar y tranquilizar a los enfermos, produciendo muchas veces su restablecimiento gracias a la influencia sedante que ejercen sobre los nervios del paciente. Esas personas son las indicadas como enfermeras, siempre que pertenezcan a la misma triplicidad, especialmente cuando existen desórdenes nerviosos o cuando las enfermedades han sido ocasionadas por preocupaciones mentales.
Así pues, las personas nacidas cuando el Sol se encontraba en signos ígneos: Aries, Leo o Sagitario, tienen éxito particularmente en el tratamiento de las enfermedades del corazón, de la cabeza, de la médula espinal, de la región femoral, fiebres, etc. Los nacidos con el Sol en Aries, son los mejores para tratar los casos agudos de esas enfermedades, mientras que los nacidos con el Sol en leo tendrían más éxito en los casos crónicos, donde otros fracasarían, y si esos médicos cuentan con los servicios de un enfermero o enfermera que haya nacido con el Sol en Sagitario, contarán con una ayuda que nadie podría igualar. Lo mismo ocurre con las demás triplicidades.

del libro "Principios Ocultos de la Salud y la Curación", de Max Heindel

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