lunes, 1 de febrero de 2010

Relación de la espiritualidad con la salud - en you tube -


CAPITULO XIX
ALCANCE Y LIMITACIONES DE LA CURACIÓN
Relación de la espiritualidad con la salud

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Antes de poder alcanzar el equilibrio en el Mundo Espiritual es necesario que se rompa la robustez de la salud física, y cuanto más fuerte y vigoroso sea el instrumento, tanto más drástico tiene que ser el método para romperla. Entonces sobrevienen años en que la salud se encuentra en estado fluctuante, hasta que finalmente podemos reajustarnos en tal forma que podamos mantener la salud en el Mundo Físico a la vez que retener el poder de funcionar en los Reinos Superiores.
Cuando comprendemos la filosofía superior y vivimos la existencia que ella nos dicta, nuestro cuerpo se torna extremadamente sensitivo y necesita muchísimos más cuidados que el de un indio, o un negro de las selvas africanas. Éstos no tienen un sistema nervioso tan delicadamente organizado como el de la raza blanca. Los que se interesan especialmente en cuestiones espirituales, tienen una sensibilidad extraordinaria y, por lo tanto, conforme progresan necesitan cuidar más y más este instrumento. Pero entonces también aprendemos las leyes de su naturaleza y nos conformamos a ellas. Si aplicamos nuestros conocimientos, es posible para nosotros tener un instrumento muy delicado y mantenerlo en estado de buena salud, relativamente hablando.
Hay casos, sin embargo, en que la enfermedad es necesaria para producir ciertos cambios en el cuerpo, los cuales son precursores de un nuevo avance en el desenvolvimiento espiritual, y en esas condiciones la enfermedad es, por supuesto, una bendición y no una desgracia. Sin embargo, en general puede decirse que el estudio de la filosofía superior tiende siempre a mejorar la propia salud, porque el conocimiento es poder, y cuanto más sabemos tanto más podemos luchar con todas las circunstancias adversas, siempre que pongamos nuestros conocimientos en práctica y vivamos la vida, que no seamos simples auditores de la palabra, sino ejecutores de ella, porque ninguna enseñanza nos puede beneficiar si no la ponemos en práctica en nuestra existencia y la vivimos diariamente.

del libro "Principios Ocultos de la Salud y la Curación", de Max Heindel


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